De Medellín a Caño Cristales: la historia de Mario y su mapa raspable

Todo comenzó con un regalo.

Mario, diseñador gráfico y amante de los atardeceres, no se consideraba un gran viajero. Trabajaba desde casa en Medellín, y aunque le encantaba ver fotos de otros en montañas, ríos y pueblos mágicos, él siempre encontraba alguna excusa para no moverse.

Hasta que un día, por su cumpleaños, su mejor amigo le regaló algo inesperado: 👉 Un mapa raspable de Colombia de Viajeros DyD.

“Pa’ que salga de la casa y empiece a raspar destinos, parce”, le dijo entre risas. Mario también se rió, sin saber que ese pedazo de papel iba a cambiar su forma de ver el mundo.

📍 Su primer destino: Jardín, Antioquia

Fue un fin de semana cualquiera. Agarró su maleta, se montó en un bus y llegó a Jardín. Caminó por sus calles coloridas, probó café recién molido en una fonda y se sentó en la plaza a ver la vida pasar. Esa noche, en su hostal, raspó su primer destino.

“Sentí que estaba desbloqueando una parte de mí que tenía dormida”, nos contó después.

🌈 De ahí… al río de los cinco colores

Cada raspado lo motivaba a planear el siguiente. En pocos meses ya había visitado Guatapé, Salento, Barichara y Palomino.

Pero el destino que más lo marcó fue Caño Cristales, en el corazón del Meta. Viajó hasta La Macarena y caminó por senderos que parecían de otro planeta. El agua, en tonos rojos, verdes y amarillos, le hizo sentir que estaba en un sueño.

“Ahí entendí que Colombia es mágica. Uno piensa que ya lo ha visto todo… hasta que ve un río que parece pintado”.

🌵 Y luego… al desierto de la Tatacoa

Mario no quería parar. Y su siguiente destino fue tan distinto como inolvidable. Se fue al Huila, al desierto de la Tatacoa, donde acampó bajo un cielo estrellado que parecía no tener fin.

“Fue la primera vez que vi la Vía Láctea con mis propios ojos. Sin filtros, sin pantallas. Solo yo, el silencio del desierto… y mi mapa esperando otro raspado”.

🎒 Hoy, Mario ya raspó más de 20 destinos

Y no planea parar. Cada vez que vuelve a casa, cuelga el mapa, lo mira y sonríe. Su meta: conocer al menos un lugar nuevo cada mes, sin importar si es a 20 minutos o 2 vuelos de distancia.